Al tenerlo en sus brazos, María ve de cerca la recaída y profundidad de todas las llagas y heridas de su hijo, reavivando el dolor. Su súplica de paciencia a Dios se refleja en esta Agudeza: “Les alcanzaré cuanto pidan, siempre que no se oponga a la adorable voluntad de https://wardo703dhd6.blogars.com/profile